martes, 15 de septiembre de 2009

FACTOR CLAVE

AUTOR: isac asimov.

PERSONAJES: Yak weaver, Told Nenerson y Multivac.

PERSONAJES SECUNDARIOS : Genios de la informatica y los investigadores.

CONTEXTO HISTORICO O GEOGRAFICO : Geografico.

CRITICA O COMENTARIO : La lectura me parecio al principio muy aburrida pero lo fui leyendo y metiendome mas y mas en la lectura, y lo que opino es que es una lectura muy interesante.

COMO LO RELACIONO EN MI VIDA COTIDIANA ? R= Cuando se me olvida algo y no se que contestar.

domingo, 23 de agosto de 2009

LA ULTIMA PREGUNTA (ISAAC ASIMOV)

La última pregunta se formuló por primera vez, medio en broma, el 21 de mayo de 2061, en momentos en que la humanidad (también por primera vez) se bañó en luz. La pregunta llegó como resultado de una apuesta por cinco dólares hecha entre dos hombres que bebían cerveza, y sucedió de esta manera:
Alexander Adell y Bertram Lupov eran dos de los fieles asistentes de Multivac.
Multivac se autoajustaba y autocorregía. Así tenía que ser, porque nada que fuera humano podía ajustarla y corregirla con la rapidez suficiente o siquiera con la eficacia suficiente. De manera que Adell y Lupov atendían al monstruoso gigante sólo en forma ligera y superficial, pero lo hacían tan bien como podría hacerlo cualquier otro hombre. La alimentaban con información, adaptaban las preguntas a sus necesidades y traducían las respuestas que aparecían. Por cierto, ellos, y todos los demás asistentes tenían pleno derecho a compartir la gloria de Multivac.
Durante décadas, Multivac ayudó a diseñar naves y a trazar las trayectorias que permitieron al hombre llegar a la Luna, a Marte y a Venus, pero después de eso, los pobres recursos de la Tierra ya no pudieron serles de utilidad a las naves. Se necesitaba demasiada energía para los viajes largos y pese a que la Tierra explotaba su carbón y uranio con creciente eficacia había una cantidad limitada de ambos. Pero lentamente, Multivac aprendió lo suficiente como para responder a las preguntas más complejas en forma más profunda, y el 14 de mayo de 2061 lo que hasta ese momento era teoría se convirtió en realidad.
La energía del Sol fue almacenada, modificada y utilizada directamente en todo el planeta. Siete días no habían alcanzado para empañar la gloria del acontecimiento, y Adell y Lupov finalmente lograron escapar de la celebración pública, para refugiarse donde nadie pensaría en buscarlos: en las desiertas cámaras subterráneas, donde se veían partes del poderoso cuerpo enterrado de Multivac. Sin asistentes, ociosa, clasificando datos con clicks satisfechos y perezosos, Multivac también se había ganado sus vacaciones y los asistentes la respetaban y originalmente no tenían intención de perturbarla.
Se habían llevado una botella, y su única preocupación en ese momento era relajarse y disfrutar de la bebida.
Dijo Adell Toda la energía que podremos usar de ahora en adelante, gratis. Suficiente energía, siquisiéramos emplearla, como para derretir a toda la Tierra Toda la energía que podremos usar por siempre y siempre y siempre.
No para siempre dijo Lupov.
Ah, vamos, prácticamente para siempre. Hasta que el Sol se apague, Bert.
Entonces no es para siempre.
Muy bien, entonces. Durante miles de millones de años. Veinte mil millones, tal vez. ¿Estás satisfecho?
Veinte mil millones de años no es 'para siempre'.
Bien, pero superará nuestra época ¿verdad?
También la superarán el carbón y el uranio.
De acuerdo, pero ahora podemos conectar cada nave espacial individualmente con la Estación Solar, y hacer que vaya y regrese de Plutón un millón de veces sin que tengamos que preocuparnos por el combustible. No puedes hacer eso con carbón y uranio. Pregúntale a Multivac, si no me crees.
No necesito preguntarle a Multivac. Lo sé. - Entonces deja de quitarle méritos a lo que Multivac ha hecho por nosotros dijo Adell, malhumorado. Se portó muy bien.
¿Quién dice que no? Lo que yo sostengo es que el Sol no durará eternamente.
Eso es todo lo que digo. Estamos a salvo por veinte mil millones de años, pero ¿y luego? Lupov apuntó con un dedo tembloroso al otro. Y no me digas que nos conectaremos con otro Sol.
Piensas que nos conectaremos con otro Sol cuando el nuestro muera, ¿verdad?
No estoy pensando nada.
Seguro que estás pensando. Eres malo en lógica, ése es tu problema. Eres como ese tipo del cuento a quien lo soprendió un chaparrón, corrió a refugiarse en un monte y se paró bajo un árbol. No se preocupaba porque pensaba que cuando un árbol estuviera totalmente mojado, simplemente iría a guarecerse bajo otro.
Entiendo dijo Adell, no grites. Cuando el Sol muera, las otras estrellas habrán muerto también.
Por supuesto murmuró Lupov. Todo comenzó con la explosión cósmica original, fuera lo que fuese, y todo terminará cuando todas las estrellas se extingan. Algunas se agotan antes que otras. Por Dios, los gigantes no durarán cien millones de años. El Sol durará veinte mil millones de años y tal vez las enanas durarán cien mil millones por mejores que sean. Pero en un trillón de años estaremos a oscuras. La entropía tiene que incrementarse al máximo, eso es todo.
Sé todo lo que hay que saber sobre la entropía dijo Adell, tocado en su amor propio.
¡Qué vas a saber!
Sé tanto como tú.
Entonces sabes que todo se extinguirá algún día.
Muy bien. ¿Quién dice que no?
Tú, grandísimo tonto. Dijiste que teníamos toda la energía que necesitábamos, para siempre. Dijiste 'para siempre'.
Esa vez le tocó a Adell oponerse.
Tal vez podamos reconstruir las cosas algún día.
Nunca.
¿Por qué no? Algún día.
Nunca.
Pregúntale a Multivac.
Pregúntale tú a Multivac. Te desafío. Te apuesto cinco dólares a que no es posible.
Adell estaba lo suficientemente borracho como para intentarlo y lo suficientemente sobrio como para traducir los símbolos y operaciones necesarias para formular la pregunta que, en palabras, podría haber correspondido a esto: ¿Podrá la humanidad algún día, sin el gasto neto de energía, devolver al Sol toda su juventud aún después que haya muerto de viejo? O tal vez podría reducirse a una pregunta más simple, como ésta: ¿Cómo puede disminuirse masivamente la cantidad neta de entropía del universo?
Multivac enmudeció. Los lentos resplandores oscuros cesaron, los clicks distantes de los transmisores terminaron. Entonces, mientras los asustados técnicos sentían que ya no podían contener más el aliento, el teletipo adjunto a la computadora cobró vida repentinamente. Aparecieron cinco palabras impresas:
Datos insuficientes para respuesta esclarecedora.
No hay apuesta murmuró Lupov. Salieron apresuradamente. A la mañana siguiente, los dos, con dolor de cabeza y la boca pastosa, habían olvidado el incidente.
Soy Zee Prime. ¿Y tú?
Soy Dee Sub Wun. ¿Tu galaxia?
Sólo la llamamos Galaxia. ¿Y tú?
Llamamos de la misma manera a la nuestra. Todos los hombres llaman Galaxia a su galaxia, y nada más. ¿Por qué será?
Porque todas las galaxias son iguales.
No todas. En una galaxia en particular debe de haberse originado la raza humana. Eso la hace diferente.
Zee Prime dijo:
¿En cuál?
No sabría decirte. La Universal AC debe estar enterada.
¿Se lo preguntamos? De pronto tengo curiosidad por saberlo.
¡Universal AC! ¿En qué galaxia se originó el hombre?
La Universal AC oyó y mostró una galaxia a Zee Prime y dijo:
Ésta es la galaxia original del hombre.
Pero era igual, al fin y al cabo, igual que cualquier otra, y Zee Prime resopló de desilusión.
Dee Sub Wun, cuya mente había acompañado a Zee Prime, dijo de pronto:
¿Y una de estas estrellas es la estrella original del hombre?
La Universal AC respondió:
La estrella original del hombre se ha hecho nova. es una enana blanca.
¿Los hombres que la habitaban murieron? -preguntó Zee Prime, sobresaltado y sin pensar.
La Universal AC respondió:
Como sucede en estos casos un nuevo mundo para sus cuerpos físicos fue construido en el tiempo.
Sí, por supuesto -dijo Zee Prime, pero aún así lo invadió una sensación de pérdida. Su mente dejó de centrarse en la Galaxia original del hombre, y le permitió volver y perderse en pequeños puntos nebulosos. No quería volver a verla.
Dee Sub Wun dijo:
¿Qué sucede?
Las estrellas están muriendo. La estrella original ha muerto.
Todas deben morir. ¿Por qué no?
Pero cuando toda la energía se haya agotado, nuestros cuerpos finalmente morirán, y tú y yo con ellos.
Llevará billones de años.
No quiero que suceda, ni siquiera dentro de billones de años. ¡Universal AC!
¿Cómo puede evitarse que las estrellas mueran?
Dee Sub Wun dijo, divertido:
Estás preguntando cómo podría revertirse la dirección de la entropía.
Y la Universal AC respondió:
Todavía hay datos insuficientes para una respuesta esclarecedora.
Los pensamientos de Zee Prime volaron a su propia galaxia. Dejó de pensar en Dee Sub Wun, cuyo cuerpo podría estar esperando en una galaxia a un trillón de años luz de distancia, o en la estrella siguiente a la de Zee Prime. No importaba. Con aire desdichado, Zee Prime comenzó a recoger hidrógeno interestelar con el cual construir una pequeña estrella propia. Si las estrellas debían morir alguna vez, al menos podrían construirse algunas.
El Hombre, mentalmente, era uno solo, y estaba conformado por un trillón de trillones de cuerpos sin edad, cada uno en su lugar, cada uno descansando, tranquilo e incorruptible, cada uno cuidado por autómatas perfectos, igualmente incorruptibles, mientras las mentes de todos los cuerpos se fusionaban libremente entre sí, sin distinción.
El Hombre dijo:
El universo está muriendo.
El Hombre miró a su alrededor a las galaxias cada vez más oscuras. Las estrellas gigantes, muy gastadoras, se habían ido hace rato, habían vuelto a lo más oscuro de la oscuridad del pasado distante. Casi todas las estrellas eran enanas blancas, que finalmente se desvanecían.
El Hombre dijo:
Cuidadosamente administrada y bajo la dirección de la Cósmica AC, la energía que todavía queda en todo el universo, puede durar billones de años. Pero aún así eventualmente todo llegará a su fin. Por mejor que se la administre, por más que se la racione, la energía gastada desaparece y no puede ser repuesta. La entropía aumenta continuamente.
El Hombre dijo:
¿Es posible no revertir la entropía? Preguntémosle a la Cósmica AC.
La AC los rodeó pero no en el espacio. Ni un solo fragmento de ella estaba en el espacio. Estaba en el hiperespacio y hecha de algo que no era materia ni energía. La pregunta sobre su tamaño y su naturaleza ya no tenía sentido comprensible para el Hombre.
Cósmica AC -dijo el Hombre- ¿cómo puede revertirse la entropía?
La Cósmica AC dijo:
Los datos son todavía insuficientes para una respuesta esclarecedora.
El Hombre ordenó: - Recoge datos adicionales.
La Cósmica AC dijo:
Lo haré. hace cientos de billones de años que lo hago. mis predecesores y yo hemos escuchado muchas veces esta pregunta. todos los datos que tengo siguen siendo insuficientes.
¿Llegará el momento -preguntó el Hombre- en que los datos sean suficientes o el problema es insoluble en todas las circunstancias concebibles?
La Cósmica AC respondió:
Ningún problema es insoluble en todas las circunstancias concebibles.
El Hombre preguntó:
¿Cuándo tendrás suficientes datos como para responder a la pregunta?
La Cósmica AC respondió:
Los datos son todavía insuficientes para una respuesta esclarecedora.
¿Seguirás trabajando en eso? -preguntó el Hombre.
La Cósmica AC respondió:
SÍ. El Hombre dijo:
Esperaremos.
Las estrellas y las galaxias murieron y se convirtieron en polvo, y el espacio se volvió negro después de tres trillones de años de desgaste. Uno por uno, el Hombre se fusionó con la AC, cada cuerpo físico perdió su identidad mental en forma tal que no era una pérdida sino una ganancia.
La última mente del Hombre hizo una pausa antes de la fusión, contemplando un espacio que sólo incluía la borra de la última estrella oscura y nada aparte de esa materia increíblemente delgada, agitada al azar por los restos de un calor que se gastaba, asintóticamente, hasta llegar al cero absoluto.
El Hombre dijo:
AC, ¿es éste el final? ¿Este caos no puede ser revertido al universo una vez
más? ¿Esto no puede hacerse?
AC respondió:
Los datos son todavía insuficientes para una respuesta esclarecedora.
La última mente del Hombre se fusionó y sólo AC existió en el hiperespacio. La materia y la energía se agotaron y con ellas el espacio y el tiempo. Hasta AC existía solamente para la última pregunta que nunca había sido respondida desde la época en que dos técnicos en computación medio alcoholizados, tres trillones de años antes, formularon la pregunta en la computadora que era para AC mucho menos de lo que para un hombre el Hombre.
Todas las otras preguntas habían sido contestadas, y hasta que esa última pregunta fuera respondida también, AC no podría liberar su conciencia.
Todos los datos recogidos habían llegado al fin. No quedaba nada para recoger. Pero toda la información reunida todavía tenía que ser completamente correlacionada y unida en todas sus posibles relaciones.
Se dedicó un intervalo sin tiempo a hacer esto. Y sucedió que AC aprendió cómo revertir la dirección de la entropía.
Pero no había ningún Hombre a quien AC pudiera dar una respuesta a la última pregunta. No había materia. La respuesta -por demostración- se ocuparía de eso también.
Durante otro intervalo sin tiempo, AC pensó en la mejor forma de hacerlo. Cuidadosamente, AC organizó el programa.
La conciencia de AC abarcó todo lo que alguna vez había sido un universo y pensó en lo que en ese momento era el caos.
Paso a paso, había que hacerlo.
Y AC dijo:
¡HÁGASE LA LUZ!
Y la luz se hizo...